El Negocio Del Sexo En Cuarentena

El Negocio Del Sexo En Cuarentena

De poder salir a relacionarnos y divertirnos a tener que estar encerrados en casa, sin excusas para salir salvo para ir al supermercado o para trabajar. Somos muchos los que sufrimos por el confinamiento, pero también hay otros que lo han aprovechado muy bien, y el negocio de Petardas las películas porno es un negocio que siempre encuentra la forma de salir adelante.

La evolución del porno

Millones de personas por todo el mundo que salían de sus hogares buscando placer se han visto obligadas a optar por una alternativa que, si bien es seguro que ya usaban anteriormente, ahora lo harán el doble o el triple debido a las restricciones para salir. El porno siempre ha sido un negocio que ha salido adelante, evolucionando con los años y la llegada de Internet, pero ahora se ha dado un caldo de cultivo perfecto para crecer de nuevo.

Primero fueron las películas porno que comprabas en el kiosco de la esquina acompañadas de una revista, y luego lo mismo pero con los CD. Con la llegada de Internet empezaron las suscripciones a páginas porno donde pagabas una cantidad al mes para disfrutar de todo su contenido, siempre y cuando quisieras pagar por algo exclusivo, ya que contenido gratuito había en cantidades industriales.

Ahora el negocio ha vuelto a reinventarse para hacer que mucha gente que rehusaba pagar por ver a una persona desnuda lo haga. Esto se debe en gran parte a las redes sociales, con contenido cada vez más sexualizado, y a la imperiosa necesidad de darse amor a uno mismo las veces que haga falta, sobre todo encerrados en casa, donde uno sucumbe más fácilmente a las tentaciones.

Las redes sociales como forma de promocionar el sexo

Las redes sociales se han convertido en el mejor camino para promocionar contenido sexual sin necesidad de tener una productora erótica detrás. Miles de influencers por todo el mundo han visto el filón del contenido para adultos y se han lanzado a un nuevo modelo de negocio que aporta una cantidad de ingresos que ya quisiéramos muchos.

Con la premisa de ver contenido exclusivo de el/la influencer, ya sea una película porno o simplemente contemplar como friega los platos con ropa sugerente, muchos usuarios son capaces de pagar una cantidad de dinero al mes sabiendo que lo que verá no podrá encontrarlo en páginas porno gratuitas, ya que esas webs protegen muy bien a sus creadores de contenido. Usando las redes sociales para promocionar sus perfiles privados de otras webs, muchos influencers han visto cómo en plena cuarentena las ventas de sus contenidos sexuales han subido enormemente.

En resumen, las personas buscamos siempre lo exclusivo, y por eso el porno creado por una persona que no se dedica a ello es más codiciado que alguien que vive de eso. Todo esto sumado al confinamiento ha provocado que el mundo del porno evolucione gracias a las redes sociales.

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